La importancia de la estimulación temprana en niños con desórdenes de desarrollo
Por Lic. Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje
Directora, Instituto Fonemi de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico - Desde antes de los dos años de nacidos hay niños que ya
presentan un rezago significativo en su desarrollo, producto de diversos diagnósticos. Algunos
no se comunican como se espera y sus destrezas motoras también están rezagadas, lo cual
hará muy difícil que sean aceptados en una escuela regular. Muchos padres sueñan y hacen
planes sobre la escuela ideal en la que matricularán a sus niños, pero fallan en desarrollar
una estrategia a tiempo para que esto ocurra.
El tiempo idóneo para trabajar de forma intensiva con estos niños es antes de llegar a Kínder,
lo más temprano posible. Sin embargo, la mayoría de ellos pasan esos años en cuidado de un
familiar durante el día, en cuidos o en un preescolar regular en el cual no pueden atender sus
necesidades, ni prepararlos para la entrada al sistema escolar.
La práctica común de estos preescolares que aceptan niños especiales, sin tener personal
especializado para atenderlos, es requerir a los padres una “shadow” o persona que atienda
al niño y lo mantenga en el salón, fuera de peligro. La mayoría de las personas que trabajan
como sombras de estos niños no son especialistas, con educación y entrenamiento como
para trabajar con niños de educación especial, por lo cual no pueden ayudarlos efectivamente
para que superen sus dificultades. Un programa de estimulación temprana es la alternativa
para prepararlos.
¿Qué es un programa de estimulación temprana?
Un programa de intervención o atención temprana se enfoca en todas las áreas del desarrollo
en las cuales un niño presenta dificultad, con la meta de prepararlo para una mejor ubicación
escolar. En el mismo se trabajan de forma intensiva destrezas sensoriales, motoras, del habla
y lenguaje, atención y comprensión auditiva, conductuales y sociales.
Los mismos cuentan con especialistas en las áreas de terapia del habla y ocupacional, entre
otras especialidades, además de maestras de educación especial, quienes diseñan un
programa terapéutico-educativo para cada niño con el objetivo de que puedan alcanzar la
mejor ubicación escolar posible al comenzar la etapa escolar. Algunos podrán entrar a
escuelas regulares competitivas, otros aún podrían presentar un rezago, pero el progreso
alcanzado les permitirá una mejor ubicación.
Sin embargo, algunos padres, en el afán de que sus niños se inserten en la escuela regular,
recurren a preescolares o cuidos para que socialicen con niños sin dificultades, con la
equivocada presunción de que esa exposición ayudará a sus niños a prepararse para una
escuela regular competitiva en Kínder. Un niño con desorden de desarrollo no integra
destrezas por exposición, sino que requiere de servicios terapéuticos especializados para
lograrlo.
El día de un niño preescolar de educación especial transcurre generalmente de la siguiente
forma: de 4-6 horas diarias en un cuido o preescolar o 9-10 horas, si tiene cuido extendido,
porque ambos padres trabajan. Reciben de 2-3 sesiones de terapia del habla de 30- 45
minutos cada una semanalmente y 1-2 de terapia ocupacional de 45 minutos, también
semanalmente. Si se compara el tiempo semanal en el cuido con el ocupado en sus terapias,
la diferencia es abismal.
Para cuando ese niño llegue a la ubicación escolar en Kínder, estará tan significativamente
rezagado que será muy difícil ubicarlo en un salón regular, por lo cual los padres tendrán que
empezar a luchar dentro de un sistema complejo y difícil como lo es el programa de educación
especial del Departamento de Educación.
La estimulación temprana es la clave
Esos primeros años es cuando el cerebro del ser humano tiene mayor plasticidad, lo cual
facilita que se establezcan conexiones neurosensoriales con más facilidad. Es cuando más se
aprende y con mayor rapidez. Trabajar dentro del marco de un programa diario intensivo que
estimule a los niños con rezago en el desarrollo es la alternativa más eficaz que puede
prepararlos para una mejor ubicación escolar. Ubicarlos en un cuido o preescolar regular no
es la mejor opción y causa lo opuesto: la imposibilidad de matricularlos eventualmente en la
corriente regular.
La autora es patóloga del habla y lenguaje y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico, una institución terapéutico-educativa
que utiliza los programas, modalidades y técnicas de terapia más innovadoras y efectivas, como el programa Lindamood Bell
para dominar la lectura, el programa Handwriting Without Tears para desarrollar la escritura, Asistencia Tecnológica y PECS
para desarrollar un sistema de comunicación, además de terapias especializadas para apraxia del habla infantil, oral-motor,
problemas de alimentación o disfagia, narrativa oral y redacción, atención y concentración con el Metrónomo Interactivo (IM) y
terapia ocupacional con integración sensorial. Ha desarrollado un programa para niños con autismo, así como uno de
intervención temprana para infantes con rezago en la comunicación. Para información, llama al 787-774-1163 / 1164, o
escriba al correo electrónico info@fonemipr.com .